sábado, 22 de septiembre de 2018
Una caída muy singular
Estamos a las puertas de otoño, nada falta ya para ver las mejores laderas de Extremadura en plena otoñada. En cualquier lugar, da igual ir al frondoso y húmedo norte que pasearse por las sierras agrestes de la provincia de Badajoz. Este año será algo especial, las lluvias intensas de la primavera pasada han contribuido a esta exuberancia de color.
Me encanta el bosque, la dehesa lo inunda todo de encinas y alcornoques, pero también encontramos pequeños bosques de castaños en los umbríos de nuestras sierras pacenses, aquí, muy cerca de Jerez de los Caballeros, en la ladera sur de Valle de Matamoros se encuentra este castañal, creo que es privado, ¡no me estraña!, por que es de ensueño.
Me salté un poco las reglas y me introduje sin permiso en su espesura , me encantó pisar el mullido suelo de hojas y ramas secas para sentir ese olor característico de los bosques encantados.
Entre la tupida arboleda y las sombras me encontré con esta derruida casita del bosque, que parecía sacada de un cuento y pensé por un momento que de ella me saldría una cuadrilla de enanitos en busca de la traviesa Blancanieves.
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